SUBMARINOS ALEMANES A LA ARGENTINA ?

No, no se trata de la trama de alguna película ucrónica sobre el fin de la Segunda Guerra Mundial sino de un escenario para la industria de defensa alemana, que podría interceptar la voluntad del presidente Javier Milei de fortalecer la flota porteña, afectada por el luto por la pérdida del ARA San Juan en 2017.

El Gobierno alemán de Olaf Scholz aprobó en enero las primeras medidas para conceder la venta de tres unidades del submarino Tipo 209NG producido por ThyssenKrupp Marine System a Argentina como parte del plan de renovación de la flota de Berlín. Un proyecto de 2.200 millones de euros para unidades listas para usar, sobre el cual el Bundestag saliente, a punto de renovarse con vistas a la votación federal del 23 de febrero, también ha concedido la posibilidad de ofrecer una garantía pública.
Buenos Aires quiere fortalecer sus fuerzas armadas y Berlín es candidato para poder apoyarlo. Pero hay un problema. Las ambiciones industriales de Alemania chocan, en el mercado argentino, con las del mayor socio histórico del país en la defensa europea, Francia, que en el ámbito naval compite activamente con la principal economía del Viejo Continente. París ha tenido durante mucho tiempo un importante interés en convertirse, junto con el Grupo Naval, que cotiza en bolsa, en el primer proveedor de submarinos de la Armada Argentina.

Durante una reciente reunión en París entre el ministro francés de las Fuerzas Armadas, Sébastien Lecornu, confirmado por el actual primer ministro François Bayrou para un cargo que ha ocupado ininterrumpidamente bajo cuatro primeros ministros desde 2022, y su homólogo argentino Luis Petri, los gobiernos de Emmanuel Macron y Milei firmaron una carta de intención comprometiendo a Argentina a evaluar la compra de tres Submarinos Scorpène por valor de 1.800 millones de euros. Buenos Aires no está obligada a formalizar el acuerdo, pero con la maniobra sin duda ha firmado un precedente político que en las últimas semanas ha estado en peligro .

¿Qué puede empujar a Milei a reconsiderar? Ciertamente, una ventaja está representada por el hecho de que Argentina ya opera el Tipo 209, y según el Ejército Búlgaro en comparación con el competidor “sus principales ventajas incluyen buena autonomía, alta maniobrabilidad y la capacidad de operar tanto en zonas costeras como en aguas profundas” y además “la nueva versión cuenta con armas y sistemas de comunicaciones más avanzados, lo que permite la integración con otras plataformas navales”. La diferencia de precios, sin embargo, no es un factor secundario para un gobierno que pretende hacer ahorros como el argentino, en el marco del plan estatal de contención y de su gasto decidido por Milei, y considerando además que Buenos Aires no tiene, por ahora, ambiciones de proyección internacional, un sobrecoste de 400 millones de euros podría ser difícil de justificar.

Sin embargo, los datos que más llaman la atención se refieren a los gigantes europeos. Francia y Alemania pretenden debilitarse mutuamente en el mercado latinoamericano haciendo desaparecer cualquier perspectiva de cooperación en el sector. En el ámbito naval, el país que desde hace tiempo sabe cooperar con todos es Italia, que se asocia con Berlín en materia de submarinos y con París ha creado la sinergia entre Fincantieri y Naval Group en el consorcio Naviris.  Ver a Francia y Alemania empujándose reduce su capacidad para actuar como fuerza impulsora de la defensa común europea y, además, a medida que aumentan los pedidos, también aumentan las rivalidades.

información : GUIDO GAZZOLLI

( nota editada por una revista Italiana INSIDE OVER )