El santafesino llegó a la fecha final en Las Vegas con un punto de ventaja sobre Nelson Piquet. Fue luego de un año brillante pero lleno de problemas con el equipo Williams. Hace días, Bernie Ecclestone, histórica autoridad de la F-1, confesó que pagó sobornos para perjudicar a “Lole”.
La confesión de Bernie Ecclestone sobre el pago de sobornos para que el santafesino Carlos Alberto Reutemann sea perjudicado en la última fecha de la temporada 1981 de la Fórmula 1, lo que derivó en que Nelson Piquet (piloto de la escudería Brabham-Ford de la cual era dueño el propio Ecclestone) se alzara con el título mundial, reanimó una polémica que lleva 42 años. Es que durante esa temporada, “Lole” hizo todos los méritos para quedarse con el título, pero no pudo superar los sucesivos problemas que le trajo principalmente su propio equipo Williams y su dueño, quienes tenían como favorito al otro piloto de la escudería, Alan Jones.
A partir de ahí se quebró la relación con el equipo y, sobre todo, con su dueño, que sufrió un golpe irreparable a su ego. A eso se sumaron los esfuerzos de Bernie Ecclestone, máximo dirigente de la categoría y titular del equipo Brabham, para que su piloto Nelson Piquet subiera posiciones y peleara por el título. Es por esto que de manera inexplicable en la octava fecha del certamen Williams decidió dejar las exitosas cubiertas Michelin para usar Goodyear, que desde el comienzo de año eran las que tenía Brabham, por lo que no necesitaba adaptarse y corría con ventaja. Esto sin dudas afectó el rendimiento de Reutemann: hasta ahí había sumado 37 puntos y luego solo logró 12 más.
Todas estas dificultades se resolvieron en la fecha final en Las Vegas, donde “Lole” arribaba con un punto de ventaja sobre Piquet. El santafesino logró la pole position con el Williams, secundado por su “compañero” de equipo, el australiano Alan Jones. Más atrás partían Gilles Villeneuve con Ferrari y Nelson Piquet con Brabham; seguidos por Alain Prost con Renault y Patrick Tambay con Ligier-Matra.
En la partida, tomó la punta decididamente Alan Jones, escoltado por Villeneuve y Prost. “Lole” estaba cuarto pero con evidentes problemas en el Williams (después se supo que fueron en la caja de velocidades) que lo hacían perder puestos. Tras diversas alternativas llegó el final, con el triunfo de Jones, Prost segundo y el quinto puesto de Piquet, lo que sumado al octavo de Reutemann, le daba la corona, por apenas una unidad, al brasileño con el Brabham de Ecclestone.