Matías Bagnato dijo que formó una familia pero debió ocultarlo por Fructuoso Álvarez : “Tenía pánico de que él me la quitará”.

El único sobreviviente del incendio ocurrido en 1994 habló en conferencia de prensa luego de la muerte del asesino de su familia.

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Luego de la muerte de Fructuoso Álvarez González, el asesino que quemó su casa en 1994, Matías Bagnato dio una conferencia de prensa y dijo que debió ocultar que había formado una nueva familia por temor.

El único sobreviviente de “La masacre de Flores” ofreció su testimonio en la mañana de este lunes 1 de mayo, un día después de la muerte de Álvarez González. Entre lágrimas, dijo: “Durante estos años yo logré formar una familia. Muchas veces me preguntaban si había logrado tener una nueva familia y yo nunca lo dije, porque tenía pánico de que él me la quitara”.

El delincuente falleció este domingo por un shock séptico y en los últimos meses se encontraba postrado por haberse quebrado la cadera. El 17 de febrero de 1994 quemó la casa de la familia y mató a José Bagnato, de 42 años; su esposa Alicia Plaza, de 40; los hijos del matrimonio, Fernando y Alejandro, de 14 y 9 años; y un amigo del menor que se había quedado a dormir esa noche, Nicolás Borda, de 11 años.

De acuerdo al relato de Bagnato, sobrevivió aquella noche por el aviso de un vecino que le gritaba para que salte desde el segundo piso. Por el hecho, Álvarez González fue condenado a prisión perpetua en 1995 pero fue liberado en España. Cuando regresó, volvió a amenazar de muerte de Bagnato y en 2011 fue detenido.

“Estoy en pareja con Nicolás. Nico, que te amo, gracias por acompañarme durante estos años. Nico perdió a sus papás y quedaron solos los tres hermanos. Uno con Síndrome de Down, Sebi, que es mi familia; son ellos dos, son mi familia, que me hacen sumamente feliz. Y yo nunca pude compartir eso con ustedes por miedo a que este monstruo me los quitara, como a mis viejos y mis hermanos, que están acá, siempre conmigo”, explicó Bagnato este lunes. Además contó que se enteró por los medios de la muerte del asesino de su familia.

En detalle, develó el temor que sentía por Álvarez González aún tras las rejas. “Cuando sale el dictamen de que le negaron la libertad condicional en febrero, tomo conocimiento de que había un pedido de prisión domiciliaria por un tema de salud. A los pocos días de esto, recibo otro mensaje anónimo contándome que esta persona había sido operada de la cadera, que le habían puesto una prótesis, que la operación había salido muy bien y que, cuando lo mandaron al penal, se puso materia fecal en la herida para obtener la libertad. Por eso estaba internado en un hospital”, manifestó.

“Por un tema de seguridad, yo no podía comentárselo a la prensa. Se paralizó de nuevo mi vida. Enfrentar cada seis meses sus pedidos de libertad continuos, no poder salir a la calle, vivir con custodia las 24 horas del día”, dijo con tristeza. Finalmente recordó a su abuela y dijo que desde que falleció le cuesta “seguir adelante”.

Fuente: Perfil