Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
El mercado financiero cree que el mercado alimenticio (más del 105% de aumento) y petrolero (150% de aumento desde el balotaje) lo traicionaron a Milei, retroalimentando la inflación con sus desbocados aumentos de precios, que terminaría, estiman, en otra devaluación, que generaría otra estampida inflacionaria, que llevaría a aumentar otra vez sus precios.
Nada que no hicieran con Sergio Massa a pesar de los precios pisados (“Estado presente”). Lo señalamos en dos columnas pasadas: es muy difícil reformatear – y menos de un día para el otro – décadas de callosidad cultural. Por eso los pibes “sub 17” al “sub 30” votaron contraculturalmente a Milei y lo van a defender: quieren ser el “punto cero” de la entrada a la nueva era que ya están viviendo, y de la que serán sus habitantes por mucho tiempo. Nuestra quejosa y casi resignada generación “baby boomers” la estamos viendo pasar.
Milei entró literalmente con la motosierra en lugares donde quizás se necesitaba un bisturí, pero evidentemente leyó el libro de Mauricio Macri, y sabe que el segundo tiempo no se puede jugar pisando la pelota en el medio campo. Está provocando daños colaterales muy peligrosos; y no nos referimos a quienes se oponen a perder sus privilegios tallados en piedra por añares, sino al ciudadano común que sigue siendo víctima de inescrupulosos formadores de precios, que costearon sus productos con un dólar a 1.000 pesos, como mínimo, y cuando el gobierno “devaluó” (fue la devaluación mas anunciada y mentirosa de la historia) a 800 pesos, volvieron a aumentar. De todos modos, tenemos una mala noticia para esta columna: los argentinos – aún los hay – que están paseando por el Sur de Brasil cuelgan videos en redes de los precios en supermercados, y medidos en dólares, cuestan lo que ahora en Argentina.
La sociedad desconfía del éxito del programa económico del Presidente Milei, medido en términos del bolsillo de la clase media; el mercado financiero lo venteó como el zorro a los perros, y por eso los tipos de cambio se escaparon. El analista económico rosarino Salvador Distéfano dice que el dólar a mil pesos “es una ganga”, tomando los pasivos monetarios en pesos ($38,6 billones) y reservas en U$S (21.000).
Un economista de primer nivel de ADEBA proyecta de una caída del salario real del 70% para marzo, con seguramente una inflación acumulada que bordeará los tres dígitos
Nada bueno puede salir de todo esto.
Pero tal como describimos en la última columna, seguimos aferrados al misticismo milagrego, y ahora es probable que se crea que Mauricio Macri esté a punto de convocar a otro “Pacto de Acassuso” para decirle a Milei que hasta acá llegó con “Toto” Caputto y Federico Sturzenegger: entra la Mediterránea (como en 1991 con Cavallo) con “Melco” a la cabeza. El trabajo sucio ya se habría hecho. ¿Pensamiento mágico?
Pullaro y su hiperactividad.
Cuando les dijo a sus futuros ministros que en su gestión se trabajaría “24 x7” y nadie se tomaría vacaciones (la policía tampoco) Maximiliano Pullaro no estaba metaforizando. Su Ministro de Gobierno Fabián Bastía llega cada mañana a la Casa Gris a las seis y se retira por la noche. Las reuniones de gabinete, gabinete ampliado, en el interior (debutó en Presidente Roca, Departamento Castellanos), conferencias de prensa a cada rato de sus ministros para anunciar decisiones o comentar leyes sancionadas, son un signo de la gestión. Sin dejar de lado la posmodernidad de los nuevos dispositivos comunicaciones: cada funcionario anuncia por redes, con “videítos” de celular incluidos, lo que acaba de hacer. El periodismo, a reinventarse.
Pullaro consiguió que el Parlamento (donde tiene absoluta mayoría, es verdad) le sacara en tres semanas más leyes que comparativamente a Perotti en cuatro años. Felipe Michlig (junto a Rodrigo Borla) lograron hasta ahora que los cinco senadores peronistas (junto a Raúl Gramajo de Unite) votaran todo por unanimidad; “somos el interbloque de los 19”, bromeó el presidente de la bancada PJ Rubén Pirola de Las Colonias.
En diputados el jueves pasado con las modificaciones a la Ley de creación del Ministerio Público de la Acusación, los 14 socialistas hicieron prevalecer puertas adentro criterios – que fueron admitidos de buen grado por el radicalismo y los otros – pero que llevó a la oposición toda a aglutinarse en la abstención (salvo el bloque de Carlos Del Frade que se opuso) bajo el grito de “no nos van a faltar el respeto con mensajes cambiados y llevados al recinto en plena sesión”.
Cuando en febrero retomen las sesiones, Diputados comenzará a ir delineando un nuevo contorno político; hasta ahora – incluido el peronismo – todo fue “no ponerle palos en la rueda a Maxi”.
Un dato que pinta de cuerpo entero la disgregación del peronismo: mientras los 10 diputados (que conforman 9 interbloques) se abstuvieron de votar las modificaciones al MPA, los senadores votaron a favor este tema.
Volviendo al Presidente Milei: cuando se escuchen sonar las primeras cacerolas de quienes lo votaron, y/ó se pronuncie la máxima “al final con los ladrones estábamos mejor”, es que comenzará a producirse en Argentina el Apocalipsis según San Juan.