Santa Fe y el país despiden a Alejandra “La Locomotora” Oliveras, quien falleció en la tarde de este lunes a los 47 años en el Hospital Cullen de Santa Fe tras una incansable lucha contra un Accidente Cerebrovascular (ACV) que la mantuvo desde hace 14 días. La partida de la exboxeadora, activista social, influencer y reciente figura de la política santafesina, deja una huella imborrable.

Por – Valentina Chiaraviglio. Santa Fe y el país despiden a una figura emblemática: luchadora dentro y fuera del ring, la exboxeadora dejó una gran huella en el mundo del deporte, el activismo comunitario y la política santafesina. Hoy, recordamos la extraordinaria vida de una mujer que hizo de la lucha su bandera, inspirando a miles con su fuerza y entereza.
La forja de un espíritu indomable
Nacida en Jujuy y criada en Córdoba, Alejandra forjó su carácter desde la infancia en un contexto de extrema pobreza y hambre. “Trabajaba en el campo con mi familia”, recordaba en una entrevista con El Litoral en mayo de 2021, realizada en su gimnasio de Santo Tomé.
Lejos de lamentarse, Oliveras siempre vio esas experiencias como sus “maestras”, fundamentales para aprender a superar cada obstáculo y valorar lo más simple, como “un sándwich de mortadela y mate cocido”. Se define como una “trotamundos”, sintiéndose en casa en cualquier rincón del mundo, siempre impulsada por la promoción de la salud, la alegría y la felicidad.
“La vida te va a tirar, pero es esencial levantarse y seguir viviendo porque la vida es hermosa y tiene sentido”, es una de sus frases más representativas. Esta filosofía de resiliencia la acompañó siempre, convencida de que cualquier desafío, por doloroso que sea, puede superarse con la “fuerza del corazón”.